El Hotel Arce:
Cuentan algunos juliaqueños que en ese hotel se hospedaban personas pero una noche paso muy raro se escucho muchos gritos de auxilio pero todos pensaron que era la televisión o algo así pero nunca se imaginaron algo horrible.
Al día siguiente encontraron a todas las personas que estaban hospedadas en ese hotel sin vida, algunas fueron halladas ahorcadas, acuchilladas, golpeadas hasta que murieran, y otros; en ese momento todas las personas no pudieron creer lo que había pasado pensaron que era un broma o algo parecido,nadie sabia que había pasado.
En la imagen podemos observar el "Hotel Arce" pintado de un color verde claro
Algunos comentan que antiguamente que en ese lugar había un cementerio, otros dicen que vivían una familia lo cual por situaciones complicadas los dos esposos se suicidaron y envenenaron a sus hijos y que esa familia se venga de todas las personas que viven en armonía y los matan para que nadie sea feliz.
En ese hotel hasta la actualidad dicen que cuando una persona se hospeda en ese hotel en la noche las personas se lo llevan y esos huéspedes por la noche gritan, piden auxilio, pero nadie las escucha y por eso ala mañana siguiente aparecen muertas; todas las personas que van a ese hotel por la mañana están muertas.
La Casa Encantada:
En la ciudad de Juliaca, en la esquina formada por los jirones Nicolás
de Piérola y Tumbes existe una casa encantada, los vecinos antiguos del
lugar cuentan que muchos años atrás, esta casa había sido alquilada para
un restaurante o pensión con el nombre de ojos azules. Los dueños del
negocio y el personal de servicio al terminar la jornada de atención a
los comensales cerraron bien las puertas asegurándolas con tranquetas,
al pasar al segundo piso a dormir, ni bien estaban en la cama,
escucharon extraños ruidos espeluznantes, dueños y mozos pasaron una
mala noche, no podían conciliar el sueño.
Al día siguiente, en la madrugada había un desorden que espantaba a los presentes, todo estaba en ruinas, platos rotos, mesas partidas en dos, adornos y cuadros hecho pedazos, la comida sobrante impregnada en las paredes y el techo; era increíble y espantoso lo acontecido.
Los inquilinos estaban con escalofríos en el cuerpo, angustiados y temerosos por su vida, no podían descifrar el suceso, no alcanzaban a comprender el significado y el porqué del hecho espeluznante. Y las personas que vivían en ahí se fueron a otro lugar con mucho miedo.
Cuando Juliaca no estaba poblada, el cause del río Torococha no estaba canalizada, atravesaba el lugar formando lagunas y pozas. Los vecinos antiguos cuentan que en ese lugar había una poza de regular profundidad donde sucedían cosas raras, especialmente a media tarde o en la puesta del sol salían de las profundidades de la poza las ninfas o sirenas con busto de mujer y cuerpo de pez, estas atraían a los varones con su dulzura y encanto. Tenía una belleza atrayente, rostro hermoso con cabellera de oro brillante y cuerpo de pez color plata. Los varones atraídos por la belleza no se resistían al encanto de la sirena, después de ver el espectáculo irresistible y maravilloso los hombres quedaban sin habla, otros perdían la razón y se volvían locos, algunos se perdían junto con las sirenas para siempre y no se sabe nada de ellos; muy pocos se liberaban de los encantos de las sirenas y solamente después de un largo tratamiento podían recuperarse.
Con el correr del tiempo la población de Juliaca creció considerablemente, se construyeron nuevas calles y viviendas, las sirenas ya no se ven, el río Torococha está canalizado con fierro y cemento, pero continúa el encanto y el misterio en ese lugar. La casa construida sobre la fosa permanece cerrada y los vecinos del lugar lo llaman la casa encantada.
Al día siguiente, en la madrugada había un desorden que espantaba a los presentes, todo estaba en ruinas, platos rotos, mesas partidas en dos, adornos y cuadros hecho pedazos, la comida sobrante impregnada en las paredes y el techo; era increíble y espantoso lo acontecido.
Los inquilinos estaban con escalofríos en el cuerpo, angustiados y temerosos por su vida, no podían descifrar el suceso, no alcanzaban a comprender el significado y el porqué del hecho espeluznante. Y las personas que vivían en ahí se fueron a otro lugar con mucho miedo.
Cuando Juliaca no estaba poblada, el cause del río Torococha no estaba canalizada, atravesaba el lugar formando lagunas y pozas. Los vecinos antiguos cuentan que en ese lugar había una poza de regular profundidad donde sucedían cosas raras, especialmente a media tarde o en la puesta del sol salían de las profundidades de la poza las ninfas o sirenas con busto de mujer y cuerpo de pez, estas atraían a los varones con su dulzura y encanto. Tenía una belleza atrayente, rostro hermoso con cabellera de oro brillante y cuerpo de pez color plata. Los varones atraídos por la belleza no se resistían al encanto de la sirena, después de ver el espectáculo irresistible y maravilloso los hombres quedaban sin habla, otros perdían la razón y se volvían locos, algunos se perdían junto con las sirenas para siempre y no se sabe nada de ellos; muy pocos se liberaban de los encantos de las sirenas y solamente después de un largo tratamiento podían recuperarse.
Con el correr del tiempo la población de Juliaca creció considerablemente, se construyeron nuevas calles y viviendas, las sirenas ya no se ven, el río Torococha está canalizado con fierro y cemento, pero continúa el encanto y el misterio en ese lugar. La casa construida sobre la fosa permanece cerrada y los vecinos del lugar lo llaman la casa encantada.

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